El temor es como una hoja en pleno
invierno.
Lentamente cae,
Con un suave movimiento circula por el
aire.
Se detiene a observar a la vieja Buenos
Aires.
Madruga con la gente que bien temprano
Camina hacia sus trabajos.
Se sienta sobre el banco de una plaza,
Siente el respirar agitado de un alma en
crisis.
Contempla las lágrimas
De quien busca una oportunidad más.
Los esfuerzos se traducen en años,
En horas dedicadas a la consecución de
algo,
En la tristeza del no conseguirlo,
En la fuerza de seguir intentando.
Se encienden las luces, se escuchan las
bocinas,
Un nuevo tren que llega y otro igual que se
va.
Y así seguimos.
Sobre el banco de una plaza,
Con un cigarrillo encendido y una derrota
más sobre la sien.
Se hace de todo para estar activo,
Para no vernos caer sobre el suelo.
El tiempo nos recuerda viejas épocas en las
que,
Volver derrotado era moneda corriente.
Buenos Aires se despierta y sin embargo,
Mi alma sigue dormida.
El teléfono, por su parte, nunca suena…
Como si aquel viejo granero del mundo ya no
existiera.
Como si las oportunidades no fueran para
todos.
Soy sólo un poema más que vuelve a sonar
derrotado.
Una triste hoja del otoño que tras tanto
volar
Cae otra vez al suelo.
Como un ángel al cual le quitaron sus alas.
Como una triste nota de despedida.
Así me siento…
Pensando en escapar por el mundo,
En viajar sin tener fecha de regreso,
En probar suerte afuera al no sentirme bien
dentro.
Como un domingo gris de otoño,
Pero hoy es lunes y todo sigue igual.
Dormidos, fracasamos sobre nuestras ganas,
Acechados por lo que no se consigue.
Asustado por verme en el suelo,
Por perderme en cada abril que vivo.
Juntando monedas y vendiendo mi alma
A la tristeza o la soledad de esta plaza.
O bien circulando por el aire,
Como una hoja del otoño,
Que apagada y solitaria suavemente cae
Y espera a la primavera para volver a
nacer…
TINI
No hay comentarios:
Publicar un comentario