domingo, 25 de octubre de 2015

Somos ojos y también espalda


Son las hojas que caen del árbol cada otoño, es el viento que huye de mi. Donde se albergan las ganas, las ansias, las esperas. Donde se alojan las angustias, los nervios, las contracturas.
La columna vertebral de lo que más deseamos, de lo que nos prometemos, el "hacía dónde vamos" personal y de dónde venimos. Con toda esa carga a cuesta.
Ese espacio por donde circula una gran cantidad de sangre bien nuestra. Donde nosotros más que nadie nos conocemos.
El motor de los pesos que nos aprietan, donde situamos las esperanzas, lo que buscamos, lo que creemos. Donde podemos vernos sin vernos, y sin saberlo, ocultamos lo que queremos a nuestros ojos.
Donde nos volvemos curva para evitar los golpes, donde somos el exceso incluso del humo que tragamos.
Es esfuerzo, es contractura y es peso. Es ganas, es esperanza y es angustia. Es liberación.
El espacio justo donde todo se une y también se separa. Es lo que deseamos, lo que podemos y lo que no, es intentar estar derecho aún cuando nuestros hombros nos tiran hacia atrás. Es un "nunca dejar de intentar", es golpearnos porque vale la pena. Es querer, es "ser momento" y es "ser feliz".
Nuestro corazón, nuestro latir, nuestra mirada. Son nuestros miedos...y es también NUESTRA ESPALDA.

(*...tarda en llegar y al final, al final, hay recompensa...*) Gustavo Cerati

Foto: Paula Perri

                                                                                                    TINI

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